martes, 31 de marzo de 2009

Debate Gómez/Frei - POR FIN UN DIÁLOGO (sin exposición, pero diálogo al fin...)

Es absolutamente común, en países desarrollados, el llevar a cabo debates políticos entre los posibles candidatos a puestos importantes, como la presidencia o la jefatura de gobierno como primer ministro. Estos debates, a su vez, son altamente publicitados y expuestos en los medios de comunicación masiva. Fue así el caso de los debates entre Barrack Obama y Hillary Clinton, por ejemplo, para ayudar a definir el candidato demócrata para ese país. También lo fue en el debate Obama-McCain, una vez que ya se habían definido los candidatos finales. De hecho, Obama y McCain participaron en TRES debates presidenciales, a través de toda la carrera, donde fueron interrogados en todas las temáticas relevantes nacionales e internacionales. Estos tres debates fueron televizados y fueron vistos por casi todo el país. Es más, el debate entre Obama y H. Clinton también fue televizado y transmitido nacionalmente.

¿Cómo es posible, entonces, que el debate entre José Antonio Gómez y Eduardo Frei, los dos candidatos para la Concertación, haya sido limitada a ser localizada a Talca, sin transmisión nacional, sin cobertura de los medios, sin publicidad y solamente accesible por radio? Según el diario La Tercera, el comando de Frei pidió explícitamente que no fuera transmitido por televisión el debate y que los candidatos no se "aludieran directamente", en un patético intento de mostrar una "unidad concertacional". ¿Es, acaso, que le temen a la ciudadanía informada? ¿Qué es lo tan terrible de ver a dos políticos del mismo bando discutiendo temas de relevancia e intentando mostrar que uno está más capacitado de gobernar que el otro?

Puedo entender que la Concertación quiera agruparse y apuntar los dardos a la Alianza, en búsqueda de un enemigo común, pero es, sinceramente, el colmo que no se lleven a cabo las instancias democráticas básicas para informar a la ciudadanía de las intenciones políticas de los candidatos y que no se busque una completa transparencia de ideas y de propuestas. Esto, nos dice la experiencia, ha sido la tónica de los últimos años en la política chilena, cerrando las puertas al diálogo, no incentivando a una ciudadanía que lea, que piense, que se informe de lo que realmente está sucediendo. Ya se han escrito muchísimos libros sobre el por qué de esto y no indagaré en ello, ya que es bastante claro. Basta con decir que la ignorancia de la ciudadanía es la alegría del gobierno.

Yo escuché el debate. Me di el "trabajo" de poner la radio, buscar la frecuencia de la Radio Cooperativa y escuché todo el debate. Me pareció interesante lo que se dijo, a pesar de la falta de confrontación entre los dos participantes, que de todas maneras no era lo que estaba buscando. Fue refrescante escuchar a Gómez, un político "estadista de corazón" en sus propias palabras, poniendo sobre la mesa propuestas concretas sobre temas contingentes, como subsidios para temporeros en regiones mayormente agricultoras, reemplazar las estufas a leña del sur con sistemas de calefacción termo-solar, hacer un mayor gasto fiscal en la calidad educacional y bajar los impuestos a los individuos y subir los impuestos a empresas para llevar a cabo los gastos necesarios. Por fin hubo, a mi juicio, una muestra de ideas tangibles, reales y claras de soluciones a problemas nacionales. Frei, por otro lado, mostró su nueva faceta de apertura política, habló apasionadamente sobre el "Chile del bicentenario" y que "sería imbécil hacer lo mismo del 93". No dio tantas soluciones concretas, pero era de esperarse por ser un político más "a la antigua". Sin embargo, se mostró como un candidato fuerte, dispuesto a un diálogo (a puertas cerradas, tal vez, pero diálogo de todas maneras) y a discutir temas "tabú", como el aborto terapéutico y la pastilla del día después. Algo que me gustó mucho que dijo fue "en Chile pensamos que los 'temas valóricos' son solo los que tienen que ver con el sexo y la reproducción".

Tras oír todas estas ideas y discusiones, me fui satisfecho (a medias) de lo que se logró. Fue un paso importante hacia una mayor apertura democrática. Sin embargo, al día siguiente, ¡sorpresa! Ningún diario, NI UNO SOLO, hablaba del debate el día anterior en su portada. La Tercera lo mencionaba, someramente, diciendo que fue "frío" y que "evitaron confrontaciones" (hubo además una columna de Patricio Navia que, para mi gusto, simplemente hayó "fome" el debate y me dio la impresión de que quería ver más controversia. En otras palabras, estaba buscando el show político de siempre y no lo encontró, por lo que usa su espacio en La Tercera para quejarse). Los demás diarios, con Alexis Sánchez en la portada y sus aluciones a los "super campeones". ¡¿QUÉ?! ¿Cómo es posible? Para mi, alguien que ni siquiera siente que la política sea una parte intrínseca y prioritaria en mi vida, era OBVIO que se debía hablar y publicitar lo que pasó en el debate. Pero nada. "Pasó piola". Se me demostró, una vez más, que a las personas que cuentan con el poder de informar en nuestro país no les interesa que la ciudadanía sepa REALMENTE lo que sucede en el país. Insisto, una ciudadanía ignorante es el mejor recurso para el status quo.

Como reflexión final, creo que es importante que haya sucedido lo que sucedió. Nos muestra una realidad fea, pero sutil. Nuestro país no tiene la consciencia democrática que tanto asegura tener. Nuestro país no cuenta con los medios de comunicación abiertos y pluralistas que tanto le gustaría ostentar. Nuestro país no busca tener fundamentos para opinar ni intenta progresar como democracia, a pesar de la hinchazón de pecho que tiene al ser un país "democrático". Nuestro país NO CUENTA CON LAS HERRAMIENTAS DEMOCRÁTICAS NI LA CONCIENCIA DEMOCRÁTICA BÁSICA, ni en la ciudadanía, ni en los medios, ni en los políticos. ¿Hasta cuándo?

Con suerte, hasta este diciembre...

1 comentario:

mafass dijo...

Creo, como tú, que los que manejan los medios en Chile, y los que trabajan en el día a día de la noticia, utilizan "pautas" periodísticas bastante pobres, básicas y sensacionalistas. No se puede abrir un programa, o editar una revista, o publicar un comentario o dar una noticia en la tele sin que contenga un "golpe" noticioso, un "titular" que enganche al lector, auditor o espectador...por éso, el debate de IDEAS, de contextos, de proposiciones no atrae, no es "noticia", no "impacta" sino que hace PENSAR a la gente. Como tú, pienso que los que trabajan en los medios de comunicación en Chile tiene MIEDO a qué la gente PIENSE demasiado. No les conviene, ya que cuando lo hacen, los critican y los muestran en su luz verdadera: la mediocridad de su discurso, la falta de visión y de formación intelectual. Si hasta no saben hablar bien.

Por éso, la política verdadera, el debate constructivo, simplemente no existe a nivel de la política de este país. Son los mismos de siempre, diciendo lo mismo de siempre y con las mismas ambiciones, para ellos, sus amistados, su grupito social y/o político, su pequeño mundo. Los demás, no contamos (aunque sí lo hacemos cuando nos piden nuestro voto!)